En 2021 los latinos dueños de viviendas aumentaron, pero este año el panorama podría ser diferente…

El mercado de las viviendas se ha endurecido en los últimos meses, principalmente para aquellos que buscan comprar una casa por primera vez, incluidos los latinos, de acuerdo con expertos consultados y análisis de informes. Sin embargo, la situación no frena a las personas debido a que en diversos estados, como Georgia, resulta incluso más caro alquilar.

Los compradores se encuentran con un mercado con escasez de viviendas, tasas hipotecarias más altas y una mayor demanda; además, chocan con la realidad de los inversionistas que adquieren propiedades en efectivo para luego rentar.

Paola Figueroa, agente de bienes raíces de RudHil, explicó que la falta de inventario provoca un mercado “extremadamente competitivo” entre los compradores. “Si venden a $500 mil, la gente ofrece hasta $40 mil o $60 mil más”, afirmó la experta, quien trabaja en el área metropolitana de Atlanta.

Quienes están en mejor posición son los vendedores, pues reciben más ofertas y quien ofrece más se queda con la vivienda. Mientras tanto, aquellos con menos capacidad financiera, con menos ingresos o sin ahorros, están limitados.

“No hay casas baratas y los compradores están empujando el precio más arriba. Quienes calificaban para una casa de $380 mil o $400 mil para abajo, no hay nada, ni en la zona urbana, ni en la ciudad, ni afuera”, advirtió Figueroa. La situación dificulta, en el caso de los latinos, cumplir el preciado sueño americano y ser dueños de una propiedad que les permita obtener riquezas.

Latinos en el mercado

Aún con vientos en contra, el número de latinos dueños de sus hogares sigue en aumento. La tasa de propiedad de vivienda de esta comunidad aumentó de 47,5% en 2019 a 48,4% en 2021, de acuerdo con un informe de la Asociación Nacional de Profesionales Hispanos en Bienes Raíces (NAHREP, por su sigla en inglés).

El Informe anual sobre el Estado de la Propiedad de Vivienda Hispana, que toma datos de la Oficina del Censo, refirió además que ese es el nivel más alto desde mediados de la década del año 2000. Los latinos sumaron 657 mil nuevos hogares y el total de propietarios hispanos llegó a los 8,8 millones.

En 2021 los mercados inmobiliarios de Riverside y San Bernardino, en California, la ciudad de Nueva York, y Orlando, en Florida, vieron el mayor incremento de propietarios hispanos. En esas ciudades pasaron a ser de la comunidad hispana más de 230 mil viviendas, de acuerdo con NAHREP.

Por su parte, Arizona, Florida y Texas representaron los mayores desafíos de asequibilidad y de inventario para los compradores de viviendas por primera vez. Aunque la organización destacó los números en verde, reconoció las dificultades actuales de adquirir una casa.

“Si bien la tasa de propiedad de vivienda para los hispanos continúa su trayectoria ascendente, las condiciones recientes del mercado han hecho que sea un desafío para los nuevos compradores de vivienda, en particular para aquellos que dependen de productos de pago inicial bajo”, refirió Gary Acosta, director ejecutivo de NAHREP, al momento de presentar el informe en marzo de este año.

Acosta alertó que la tasa general de propiedad de vivienda puede ver una fuerte disminución si no se aborda la escasez de inventario, con consecuencias negativas para el PIB y el bienestar de Estados Unidos.

Aumento de los precios e hipotecas

Menos de la mitad de las viviendas vendidas son asequibles para los residentes de clase media, de acuerdo con el índice de oportunidades de vivienda de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas/Wells Fargo.

Según el estudio, apenas 48,7% de las viviendas que se venden pueden considerarse que están dentro del alcance de las familias de clase media. Pero dicha cifra podría ser menor en la actualidad, de acuerdo con el sitio web especializado Realtor.com, pues se calculó con base en los precios del primer trimestre del año y las tasas hipotecarias de abril, que han aumentado.

El precio en promedio de una casa subió a $425 mil, un máximo histórico, en abril, según un reciente estudio de Realtor.com. El incremento fue de 14,2% en comparación con hace un año. Mientras tanto, las tasas hipotecarias aumentaron en promedio 5,1% a finales de abril para los préstamos fijos a 30 años.

Esto quiere decir que el pago mensual de una hipoteca por una misma casa subió casi 50% más el mes pasado en comparación con abril de 2021.

Por ejemplo, en el caso de un comprador que concretó la adquisición en abril de 2021 pagará $1 mil 260 mensual por su hipoteca, mientras que si lo hubiese hecho este año debería desembolsar $1 mil 820, lo que se traduce en $560 más.

Pero no termina ahí, las tasas hipotecarias siguen un aumento en concordancia con los tipos de interés fijados por la Reserva Federal, que se han modificado dos veces este año y se mantendrán al alza en el transcurso de 2022.

La semana pasada, la hipoteca de tasa fija a 30 años promedió 5,3% y la de 15 años un 4,48%, según datos publicados por Freddie Mac. Un año atrás la tasa a 30 años era de 2,94% y la de 15 años estaba en 2,26%.

Paola Figueroa señaló que el aumento en las hipotecas provoca que los compradores califiquen para préstamos menores en el total de la vivienda.

La agente inmobiliaria de RudHil afirmó que las familias latinas no buscan una tasa variable porque prefieren tasas fijas, sean un préstamo convencional o de la Administración Federal de Vivienda (FHA).

Acciones de Biden

Un aumento en la compra de viviendas por parte de instituciones ha exacerbado la escasez de inventario en los mercados donde hay más población latina, de acuerdo con NAHREP.

Al menos 23% de las viviendas en los 20 condados latinos más poblados fueron adquiridas por inversionistas en el tercer trimestre de 2021; además, en otras jurisdicciones dicho porcentaje puede ser de hasta 38% o 39%.

La situación llegó a la Casa Blanca. El presidente Joe Biden anunció el lunes 16 de mayo un Plan de Acción de Suministro de Vivienda, con el fin de aliviar los precios de las propiedades mediante acciones administrativas y legislativas.

El Plan es parte de una serie de medidas del gobierno para sobrellevar la inflación, un problema que Biden consideró de “principal prioridad”, y sus consecuencias en los estadounidenses, que también pasa por un aumento de los precios de los alquileres.

Entre las medidas está garantizar que las viviendas propiedad del gobierno lleguen a propietarios que vivirán en ellas; o a organizaciones sin fines de lucro que rehabilitarán los edificios, en lugar de grandes empresas de inversión que pueden descuidar las propiedades.

El plan también incluye trabajar con el sector privado para abordar la interrupción en la cadena de suministro de los materiales de construcción.

La hoja informativa de la Casa Blanca reseñó que el plan “ayudará a cerrar el déficit de oferta de vivienda de Estados Unidos en cinco años, comenzando con la creación y preservación de cientos de miles de unidades de vivienda asequible en los próximos tres años”.

La administración Biden también pidió al Congreso aprobar el Unlocking Possibilities Program, que establece un nuevo programa de subvenciones de $1,75 mil millones para ayudar a los estados a favorecer la producción de viviendas asequibles.

También instó a los legisladores a aprobar una solicitud para el presupuesto de 2023 que incluye $10 mil millones en subvenciones para los estados que ya han adoptado políticas para abordar las limitaciones de producción de vivienda.

Alquiler versus comprar

“Es mejor irse a comprar una vivienda, porque ahora mismo un alquiler está más caro que un mortgage (hipoteca) como está el mercado. Aquí todavía no han pasado una ley de renta de alquiler.

Figueroa contó que ha trabajado con clientes hasta por seis meses, enviando ofertas para adquirir una casa, pero persisten aunque se las rechacen, pues las rentas siguen al alza.

Destacó que los alquileres de $1 mil 500 los quieren subir a $1 mil 800. Los aumentos promedian los $200 y $300. “Entonces no tiene sentido cuando el pago de una casa de $380 mil o $400 mil les puede quedar aproximadamente en unos mil 600, más bajo que la renta”.

“Es bastante desmotivador para los primeros compradores. Pero aún así pienso que la comunidad latina es muy trabajadora y se va adaptando. Muchos están comprando entre familias. No pierden la esperanza. Están entendiendo cómo está actuando el mercado y se están adaptando”, expresó Figueroa.

En su experiencia, quienes no pueden comprar una vivienda son las personas que no califican por más de $300 mil.

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